Y así, presumiblemente, podemos decir que cumplimos 35 años creciendo juntos.
35 años creciendo junto a ti en la provincia de Málaga. Corría el año 1987 cuando nuestro fundador, el Dr. Martínez Moya, quiso apostar por un servicio totalmente novedoso que todavía no había llegado a la provincia. La primera bebé probeta del mundo tenía sólo 9 años, y la primera de España 3, cuando él se propuso, que la siguiente sería la nuestra.
No fue hasta dos años después, en 1989, tras muchos intentos y esfuerzos del Dr. Martínez Moya y su equipo, liderado por la embrióloga, la doctora Carmen Segura, que nacía la primera niña en Málaga por fecundación in vitro, siendo la sexta en España.
Un hecho que, desde luego, abrió nuevas esperanzas a la medicina reproductiva en Málaga.
Nos sentimos muy orgullosos de la trayectoria de todos estos años de nuestra unidad, de todos los logros conseguidos fruto del trabajo de un equipo, que ha ido creciendo con fuerza profesionalmente gracias, sobre todo, a la confianza depositada en nosotros de parte de nuestros pacientes.
También podemos decir, con la boca bien grande, que somos padres, e incluso abuelos, de 10000 niños nacidos gracias a las técnicas de reproducción asistida. Año tras año, hemos visto cumplido el sueño de muchas parejas que han confiado en nosotros, no sólo de Málaga, sino de muchas partes del mundo. ¡Ojalá estemos otros 35 cumpliendo con vuestra felicidad!
¿Qué ha pasado en estos 35 años de vida?
En estos 35 años de vida hemos visto y sido protagonistas de la gran revolución que ha sufrido la medicina reproductiva, que sin duda se ha traducido en un aumento considerable de las tasas de éxito de todas las clínicas de reproducción asistida.
Como puntos importantes podemos resumir los siguientes:
- La inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI) supuso toda una revolución en las técnicas de reproducción asistida puesto que dio una solución a los problemas de fertilidad masculina severa. El primer microinyector que llegó a Málaga fue en nuestra unidad.
- El embryoscope Time-lapse. Este incubador supuso hace unos años todo un cambio en los laboratorios de reproducción asistida y podemos decir con orgullo que URE Centro Gutenberg fue el primer laboratorio de Málaga en contar con él. Se trata de un incubador que permite observar a los embriones desde el momento de su fecundación hasta la transferencia en el útero de la mujer ayudándonos a elegir el embrión con mayor capacidad de implantar. Descubre la diferencia entre incubador convencional VS incubador time-lapse.
- La técnica de congelación por vitrificación, que mejoró la tasa de supervivencia de ovocitos y embriones de menos de un 50% a superar el 90% tras la descongelación, y de lo que también fuimos pioneros en Málaga. Esto supuso una mejora en la tasa acumulada de embarazo (incluyendo las transferencias de embriones criopreservados procedentes del mismo ciclo).
- Preservación de la fertilidad. Otra de las grandes revoluciones de la reproducción asistida de los últimos tiempos y de lo que también hemos sido pioneros en Málaga. La vitrificación de óvulos abrió las puertas a la preservación de la fertilidad de la mujer ante causas médicas y sociales. Gracias a esto, Rocío, nuestra primera mamá y primera mujer malagueña en ser madre después de un cáncer nos puede contar su historia, URE Centro Gutenberg fue el primer centro en la provincia de Málaga autorizado en poder utilizar esta técnica.
- El diagnóstico genético preimplantacional (DGP) de los embriones, que ha permitido mejorar el pronóstico en parejas con problemas de aborto de repetición, en mujeres mayores de 38 años y en parejas portadoras de enfermedades monogénicas recesivas, entre otros. Hoy, con el DGP y los test de compatibilidad genética, se puede evitar la aparición de muchas enfermedades genéticas graves en la descendencia.
Estos avances, junto con los que seguro están por venir, hacen que las tasas de recién nacidos sanos en casa cada año sean mejores. Si hace 3 décadas la posibilidad de embarazo era casi anecdótica, hoy podemos decir que son mayores al 90%.
Ha llovido mucho desde aquel 1987, en aquel piso de la Calle Gutenberg, cuando nuestro Dr. Martínez Moya llevaba el timón. Los que les relevamos en este barco tenemos la responsabilidad de seguir engrandeciendo nuestra marca, con la dedicación, profesionalidad, empatía y humildad que nos enseñó. El desafío es difícil, pero cuando hacemos el trabajo que nos gusta y para el cual fuimos educados, todo se hace más fácil.