Microbiota y fertilidad: ¿los probióticos mejoran las expectativas de embarazo?

Microbiota y fertilidad

Los seres humanos estamos compuestos, entre otras muchas cosas, de bacterias. De hecho, nuestro cuerpo acumula tantas que se calcula que hay unas diez por cada célula humana. Para que te hagas una idea, en conjunto las bacterias que nos habitan podrían constituir unos dos o tres kilos de lo que pesamos. Hoy queremos hablarte de ellas, y más concretamente de la relación que existe entre microbiota y fertilidad.

Las funciones de las bacterias en nuestro organismo son muy diversas. Cabe destacar, entre otras cosas, que son las responsables de que todo funcione correctamente en nuestro cuerpo, impidiendo la entrada y el crecimiento de los agentes patógenos responsables de las infecciones.

En cuanto a la fertilidad, cada vez hay más estudios que evidencian que una buena y cuidada flora vaginal y endometrial ayuda a mejorar las expectativas de embarazo y de los tratamientos de reproducción asistida. No obstante, también hay que decir que la bibliografía existente sobre microbiota y fertilidad es aún limitada y sigue en estudio.

¿Qué es la microbiota?

Vamos a empezar por explicarte claramente qué es la microbiota, lo que será rápido ya que no tiene mucha complejidad. La microbiota es el conjunto de bacterias y hongos que habitan de forma natural en nuestro cuerpo. Tan natural, de hecho, que la adquirimos en el momento en que nacemos.

Debes saber, además, que cada lugar del cuerpo humano tiene una microbiota específica, siendo las más importantes, desde el punto de vista que nos atañe, la vaginal y la endometrial.

¿Qué hace la microbiota vaginal?

Cuando hablamos específicamente de la microbiota vaginal, hay que tener en cuenta que las bacterias del género Lactobacillus son las más habituales en la vagina y en el endometrio de la mujer, especialmente en su edad reproductiva.

Esta microflora vaginal se encarga de la producción de ácido láctico, creando un ambiente ácido que evita la colonización por microorganismos patógenos. Por tanto, podemos decir que la microbiota vaginal protege frente a colonizaciones malignas y promueve un ambiente de apoyo para el logro del embarazo.

¿Qué hace la microbiota endometrial?

Además de la microbiota vaginal que acabamos de comentar, recientes estudios confirman la existencia de una microbiota específica de la capa más interna del útero: el endometrio. Se ha descrito que en los endometrios cuya microbiota no cuenta con bacterias Lactobacillus como elemento predominante, las probabilidades de implantación embrionaria son menores.

Como imaginarás, esto cobra una especial importancia en el campo de la reproducción asistida, ya que la microbiota puede afectar a la receptividad endometrial y así condicionar el éxito de la gestación, estando además relacionada con el aborto y el parto prematuro.

¿Qué es la disbiosis bacteriana?

Cuando hablamos de microbiota en general hay otro término que también debes conocer. Se trata de la denominada disbiosis bacteriana. Esta se produce cuando hay un desequilibrio en la flora y empiezan a aparecer otros microorganismos que puede perjudicar el funcionamiento de esta.

Esta situación se puede originar debido a cambios cuantitativos o cualitativos de la microbiota, e incluso por modificaciones en ciertas actividades metabólicas. Y aunque lo más común es que la disbiosis bacteriana se dé en el tracto digestivo o en la piel, también puede tener lugar en otras zonas de nuestro cuerpo como las uñas, los ojos e incluso los pulmones o la vagina, que para el caso es lo que nos ocupa y ante lo que debemos estar más atentas cuando hablamos de fertilidad.

¿Qué puede producir un cambio en la flora vaginal y endometrial?

La microbiota en general está muy influenciada por el medio ambiente, pero también entran en juego factores como la alimentación, la edad, el estrés, etc. Todos ellos pueden provocar cambios importantes.

La microbiota vaginal y endometrial está también muy influenciada por esos factores, sobre todo si estás buscando ser madre. La edad de la mujer, el embarazo, la actividad sexual, el consumo de tabaco, los contaminantes medioambientales, la toma de antibióticos, las hormonas que tomamos con los alimentos… Estos y otros muchos elementos influyen en la composición de la microbiota vaginal.

Como hemos dicho anteriormente, este conjunto de bacterias está compuesto mayoritariamente por Lactobacillus en su edad reproductiva. Estos Lactobacillus son muy sensibles a todos esos factores, produciendo una disbiosis bacteriana y, por tanto, favoreciendo el crecimiento de agentes patógenos que pueden dificultar el logro del embarazo.

¿Existen pruebas para medir la microbiota vaginal y endometrial?

Afortunadamente, medir la microbiota vaginal y endometrial es posible. Para ello existen test que estudian el endometrio y detectan alteraciones en la microbiota, así como la presencia de bacterias patógenas que pueden provocar infecciones.

En URE Centro Gutenberg realizamos dichos estudios con una sencilla prueba que consiste en la toma de una muestra del tejido endometrial en la consulta. Actualmente tenemos dos tipos de test: el EMMA y el ALICE.

El test EMMA se centra en determinar los niveles de flora endometrial y permite recomendar el mejor tratamiento para equilibrarla, lo que beneficia el pronóstico reproductivo.

Por su parte, el test ALICE determina la presencia de bacterias patógenas en el endometrio, lo que puede provocar endometritis crónica (inflamación del tejido endometrial) y, con ello, fallos de implantación y abortos de repetición. Este test, además, recomienda el tratamiento adecuado de antibióticos y probióticos.

¿Se puede mejorar la microbiota?

La respuesta es sí. Hay estudios que evidencian que la toma de probióticos aumenta la proporción de bacterias sanas de la zona, es decir, de Lactobacillus. Esto supone un aumento en el bienestar de la zona y, por tanto, del éxito reproductivo.

Como puedes ver, microbiota y fertilidad son dos elementos que van de la mano cuando hablamos de embarazo y de tratamientos de reproducción asistida. Es importante tener en cuenta este concepto y lo que representa la presencia de estas bacterias en nuestro organismo, intentando mantener un equilibrio sano que beneficie las opciones de embarazo.

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