Nos cuenta su historia. Ana: “Si se te ha pasado por la cabeza la idea de la maternidad… ¡inténtalo siempre!”

Historias reales URE Centro Gutenberg.

Hoy te traemos a nuestra sección de historias reales un nuevo testimonio. Una historia que surgió a raíz de una de esas visitas que tanto nos gusta recibir y compartir en nuestras redes, con el fin de visibilizar la infertilidad y demostrar a parejas y mujeres solteras que deciden hacerse un tratamiento de reproducción asistida que no están solas.

Desde Córdoba llegaba una “princesita” que quería conocer el médico y el lugar donde ayudaron a su mamá a cumplir su sueño. Un sueño a lo grande, y es que Ana es una de esas valientes que han decidido elegir la maternidad sin pareja por elección personal. 

Muchísimas gracias, Ana. Gracias por habernos regalado ese momento que nos hace amar más nuestro trabajo, y gracias por hacer de tu testimonio una clara reivindicación de que la constancia es la mejor aliada de nuestra felicidad. Una vez más te felicitamos por tu hija (o “Minifrozen”, como te gusta llamarla en broma), por el tiempo que estuvo congelada en nuestro “banco de los sueños” como nos gusta llamarlo a nosotros.

¡Aquí compartimos tu historia!

Cuéntanos cómo conociste URE Centro Gutenberg.

El Centro Gutenberg lo conocí por la opinión de otras chicas que habían asistido al mismo. Cuando tienes en mente esta decisión, a lo primero que te dedicas es a buscar y leer por internet todo lo que unos y otros comentan. Unas son palabras expertas, y otras son la propia experiencia de mujeres que han pasado por lo mismo que tú.

Este centro se repetía en todo lo que leía (la Gutenberg, la Gutenberg, la Gutenberg…) y todo eran comentarios positivos, así que no busqué más. Ni una sola llamada, ni un solo presupuesto, ni una sola opinión busqué de otra clínica. ¡¡Aun estando este centro a casi 200 kilómetros de donde vivía, por algo lo elegí, y menuda decisión más buena!!

Tras tu primera cita con nosotros, ¿qué te hizo elegir URE Centro Gutenberg para ser madre?

Una tarde de un 27 de febrero fue la primera vez que marcaba el teléfono del Centro Gutenberg. Como no tienes mucho conocimiento del tema y sólo lees y lees, pensé que tardaría lo mismo que tarda la Seguridad Social en darte cita. Cuál fue mi sorpresa, que me daban cita para tres o cuatro días después…

Ahí me entró el miedo… jejeje. No sé qué excusa puse para posponerlo una semana y así poder comentar mi decisión a mi familia, que para mí era importante que lo supieran.

Cuando llegó el gran día asistí con mi madre y como iba cumplidos los 39 años, me pensaba que me iban a decir que ya era tarde y que mis óvulos no servían, pero fue todo lo contrario. Me encontré con un médico, el Dr Claudio Álvarez, que me dio muchas esperanzas, me dijo que era duro pero que se conseguía, y que cuando quisiera empezábamos con las pruebas. Me dio seguridad y ánimos para emprender este proyecto de vida que sería y será el más importante de mi vida.

Cuando salí aquel día por aquella puerta de cristal y vi el mar de frente dije “de aquí sacaré algo muy bueno, ¡estoy segura!”. Ahí comenzó mi lucha.

Cuéntales a otras mamás cuáles fueron tus primeras dudas antes de someterte a reproducción asistida.

Cuando tomas esa decisión, la más importante de tu vida, se te vienen un montón de dudas que te hacen que se te acelere el corazón cuando las piensas.

Dudas del tipo, ¿estaré haciendo bien? ¿Y si me equivoco? ¿Será un capricho pasajero? ¿No parece que estoy comprando un bebé? ¿Sabré cuidarlo? ¿Sabré educarlo? ¿Podré seguir con mi vida como hasta ahora? ¿Podré mantenerlo, económicamente hablando? Y si me pasa algo, ¿quién cuidará de ella? ¿Quién será el donante? ¿Estará sano? ¿Cómo se lo tomará mi hij@? ¿Quién soy yo para quitarle el derecho a una persona de tener su padre, si yo lo tengo? ¿Le faltará la figura paterna y por ello no crecerá bien? ¿Podré encargarme de toda la responsabilidad de tener un hijo sola?

Algunas preguntas me las sigo haciendo hoy día, pero después de seis años, de muchos miedos, de muchas inseguridades, de no ser todo color de rosa… lo haría, sin duda, una y mil veces porque ES LA DECISIÓN MÁS IMPORTANTE DE MI VIDA Y LA MÁS ACERTADA.

¿Qué tratamiento de fertilidad te recomendó el equipo de médicos ¿Inseminación artificial? ¿Fecundación in Vitro?

Debido a mi edad y a que mis pruebas eran todas favorables (me refiero a mis pruebas médicas, porque psicológicamente no estaba en mi mejor momento), me recomendaron empezar por realizar inseminación artificial.

Hasta cuatro inseminaciones me realizaron, siendo todas negativas. La última por decisión propia, porque mi ginecólogo quería pasar a FIV pero yo quería probar suerte por última vez para no entrar en quirófano (hoy lo haría de otra forma).

Hago hincapié en el momento psicológico no muy bueno que estaba pasando (no hacía ni seis meses que salía de una ruptura de pareja), porque estoy segura de que si hubiera estado mejor psicológicamente hubiera ido bien el primer tratamiento.

Luego ya llegó la segunda parte del tratamiento, la fecundación in vitro, que con mucho miedo me practicaron, pero siempre teniendo el apoyo incondicional de todo el equipo médico del centro.

¿Qué miedos tenías, cómo los fuiste superando, qué sentías durante el tratamiento…?

En el tratamiento yo tenía todos los miedos del mundo. Yo soy una persona segura en mis decisiones, y las llevo hasta las últimas consecuencias, pero eso no quiere decir que no tenga miedos. Tengo todos los del mundo.

Mi primer y más importante miedo era mi fobia a los medicamentos. Soy una persona alérgica a algunos medicamentos, y el hecho de tener que medicarme suponía un hándicap que, con la ayuda de los profesionales y, sobre todo, de la seguridad del Dr. Álvarez, fui superando poco a poco.

Tenía miedo a no poder conseguirlo, a la frustración de terminar con las manos vacías. Tuve miedo a no poder costearlo, contaba con unos ahorros y esos ahorros tenían un fin…

Durante el tratamiento, por el tema hormonal, estás montada en una montaña rusa. Unas veces estás eufórica, tienes planes, lo ves todo positivo… y otras veces bajas en picado y te sientes frustrada, incomprendida, sola…

Yo nunca había sentido la soledad rodeada de gente que me quería, esa era la sensación. Supongo que esto es debido al chute hormonal que le das a tu cuerpo, porque yo siempre he tenido y tengo el apoyo incondicional de mi familia. Antes, durante y después, y desde aquí les doy las gracias a todos por su apoyo.

Lo que sí es cierto que siempre eché de menos es el contacto con mujeres o parejas que estuvieran pasando por esta situación. Y, sobre todo, que lo hubieran conseguido. Desde aquí animo a la clínica a que fomente ese contacto, porque les haría muy bien a mujeres y parejas que están pasando por un tratamiento de fertilidad. Al igual que poner a disposición de las pacientes de la clínica y sus parejas un equipo psicológico para afrontar las distintas etapas por las que pasamos. Desde aquí me ofrezco para todo el que le pueda ayudar.

NOTA DE URE: cuando Ana estuvo con nosotros, hace ya más de seis años, no disponíamos de este servicio. Hoy en día tenemos una unidad de acompañamiento emocional orientada a nuestras pacientes y sus parejas, gracias a comentarios y recomendaciones como las de Ana.

¿Qué consejos le darías a otras madres y parejas que están pensando en recurrir a un tratamiento de fertilidad?

Un solo consejo muy claro: si se te ha pasado por la cabeza la idea de la maternidad, INTÉNTALO SIEMPRE. Es verdad que puede salir bien o no, pero INTÉNTALO. Es importante intentarlo por tu vida futura.

La mayoría de las veces, poniéndote en manos de buenos profesionales, sale bien. Por eso es tan importante tener paciencia y ser constante en tu propósito, porque si lo consigues será LA MEJOR DECISIÓN QUE HAS TOMADO EN TU VIDA. Y, si no lo consigues, siempre estarás contenta porque por lo menos lo intentaste.

Por último, una reflexión que toda mujer que se acerque a URE Centro Gutenberg debería llevar impresa a fuego: “la gota de agua perfora la roca, no por su fuerza sino por su constancia”.

¡Muchas gracias, equipo! Sois la parte más importante de lo mejor que tengo en mi vida, mi hija, mi Jimena.

——

Muchas gracias a ti, Ana, por habernos dejado tu testimonio. Y a ti que nos lees, recuerda que en nuestra sección de Historias reales tienes muchas otras experiencias como la de Ana, cien por cien verídicas y contadas de primera mano por sus protagonistas.

¡Hasta la próxima!

Desde este blog compartimos contigo las últimas noticias de nuestra Unidad, consejos, recomendaciones e ideas en torno a la fertilidad.

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