Qué es el síndrome de hiperestimulación ovárica (SHO)

hiperestimulacion

 

Para aumentar la efectividad de los tratamientos de reproducción asistida, como la fecundación in vitro (FIV), es necesario que estimulemos los ovarios para tener un mayor número de ovocitos maduros. Cuando, a pesar de tomar las medidas correspondientes, por características propias de cada paciente la respuesta del ovario es exagerada, es decir, cuando tenemos más de 18 o 20 ovocitos, existe el riesgo de lo que denominamos síndrome de hiperestimulación ovárica (SHO).

El síndrome de hiperestimulación ovárica afecta, en su forma severa, aproximadamente al uno por ciento de las mujeres que se someten a una FIV, y a las que se les ha administrado una medicación llamada Ovitrelle para desencadenar la maduración de los ovocitos. Puede ser leve, moderado o severo, y se caracteriza por náuseas, vómitos, distensión abdominal, acumulación de líquido en abdomen, disminución de la cantidad de orina, etc. En su forma severa puede haber dificultad respiratoria, alteración de la función del riñón e hígado, y problemas de trombosis.

Existen dos tipos de síndrome de hiperestimulación ovárica: el precoz, que se presenta dos o tres días después de la punción ovárica y hasta los nueve tras la administración de Ovitrelle; y el tardío, que se presenta después de los nueve días post Ovitrelle, y se relaciona con los niveles de Beta hCG del embarazo.

¿Hay mujeres con mayor riesgo de síndrome de hiperestimulación ovárica?

Sí. Tienen más riesgo de presentar este síndrome las mujeres jóvenes, muy delgadas, con antecedentes de alergia, de síndrome de ovarios poliquísticos, con una reserva ovárica alta y con antecedentes de haber tenido un SHO previamente.

¿Cómo evoluciona el síndrome de hiperestimulación ovárica?

La evolución es autolimitada. Es decir, aparece, llega a su pico de síntomas y luego desaparece en un plazo de 7 a 10 días, generalmente. Por ello se deben emplear medidas generales de vigilancia periódicas, para evaluar cómo evoluciona el síndrome.

¿Se puede prevenir el síndrome de hiperestimulación ovárica?

Hoy, frente a una paciente con riesgo de SHO, existen medidas que pueden inhibir o disminuir la severidad del síndrome. Eso sí, estas medidas dependerán del diagnóstico y situación de cada paciente.

¿Cómo se trata el síndrome de hiperestimulación ovárica?

En un SHO leve, muchos de los síntomas se pueden confundir con los que habitualmente se presentan durante el tratamiento de FIV, como náuseas, distención abdominal, molestias generales, etc. El tratamiento es sintomático con reposo relativo, hidratación, analgésicos y antieméticos, según corresponda.

El síndrome de hiperestimulación ovárica moderado se caracteriza por la acumulación de líquido en el abdomen (ascitis), y además de las medidas para el cuadro leve se debe controlar cada 24-48 horas, vigilando el estado general de la paciente, la diuresis (cantidad de orina), la cantidad de ascitis y analíticas de sangre. También puede ser necesario el uso de heparina como anticoagulante cuando aparece riesgo de trombosis.

Finalmente, en el cuadro severo es necesario el ingreso hospitalario, para vigilar la hidratación, la función del riñón y del hígado, y la función respiratoria.

 

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